Hoy no encuentro las palabras. Pero es que ayer tampoco, ni hace un mes…
Y esta fotografía me persigue, me atrapa y, por alguna extraña razón que ignoro, me tiene robado el corazón.
Aparece una vez tras otra, reclamando su sitio entre las demás desde hace tiempo y todavía no he encontrado la historia que me quiere explicar.
Me atrae su simpleza, su equilibrio. La forma descarada que tiene ese vulgar caracol de hacerme dirigir la mirada hacia la hipnótica espiral de su concha.
Le doy vueltas pensando si estaba allí por casualidad, o si buscaba la protección gratuita de las espinas que lo enmarcan…
¡Qué más da si esperaba la lluvia o buscaba el sol después de la tormenta!
Solo estaba allí, en el lugar y momento preciso que yo deseaba encontrarlo.
Está todo en el lugar perfecto, el fondo verde, las espinas simétricas, el caracol… 🙂
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Gracias! La mitad del mérito es del caracol 😉
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Es precioooooosa me encanta 😍😍😍. La imagen de la serenidad y la perfección de la naturaleza.
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Siempre sorprendente en todas sus facetas. Gracias 😊
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